Frederick Van Johnson, un destacado podcaster de fotografía, habla a diario con narradores visuales. Recientemente, ha sido el anfitrión de AI Insiders, nuestra serie de seminarios web exclusivos para los primeros suscriptores de LuminarAI. Hoy, reflexiona sobre la intersección de la IA y las necesidades de su audiencia.
Cuando algunos escuchan inteligencia artificial (IA) piensan... "Algo malvado viene por aquí".
Cuando oigo IA, pienso ... "No tenemos nada que temer, excepto el propio miedo", dijo Franklin Delano Roosevelt, el 32º presidente de los Estados Unidos de América, en su toma de posesión.
La próxima oleada de capacidad creativa posibilitada por la IA nos permitirá sacar las historias de nuestros cerebros, y ponerlas delante de otras personas, con muy poca resistencia.
En el pasado, si una imagen tenía un cielo mundano, cambiar ese cielo requería un nivel de habilidad extremadamente alto. Hoy, con LuminarAI o Luminar 4, cambiar el cielo se convierte en algo trivial. Es más fácil que nunca crear una fotografía impresionante y ejecutar lo que está en el ojo de tu mente.
Este poder revela un arte que tal vez nunca se haya visto.
Si un fotógrafo tiene una idea para una toma, pero carece de la perspicacia técnica para ejecutarla, se vuelve frustrante, y el fotógrafo puede abandonarla por completo. Sin embargo, si ese fotógrafo puede obtener una ayuda a través de la inteligencia artificial, llegar del punto A al punto B se vuelve mucho más manejable.
Entiende el proceso
A menudo escucho: "¿Por qué tengo que dedicar tiempo a que mi ordenador haga un trabajo que tú ya sabes hacer?".
Entiendes intrínsecamente los f-stops, las velocidades de obturación, el ISO. Entiendes las capas de Photoshop, los canales, las separaciones de frecuencia, el retoque, etc. Entonces, eres un fotógrafo profesional, ¿verdad?
Yo diría que no es así. La palabra "fotógrafo" significa "registrador de la luz". Así que, aparentemente, cualquiera que haga una foto con un iPhone o una cámara de apuntar y disparar es, por definición, un "fotógrafo".
La medida de un fotógrafo profesional no es cuántas tareas oscuras y mundanas domina. Tampoco se trata de cuántas capas tiene tu imagen en Photoshop o cuántos canales has añadido.
El proceso de producción de grandes imágenes se divide en dos fases.
En primer lugar está la "captura", que requiere el dominio de las paradas f, las velocidades de obturación y el ISO, así como un profundo conocimiento de la composición, la iluminación y otras consideraciones técnicas. Y, dependiendo del género que se fotografíe, puede ser necesario comprender la psicología para interactuar y colaborar con el sujeto.
Luego está lo que ocurre DESPUÉS de la captura, cuando estás sentado frente al ordenador editando e intentando extraer la imagen que tenías en tu mente cuando enmarcaste la escena en tu visor.
Claro, hacer esa exposición es la mitad de la batalla. La otra mitad es el post-procesamiento. Dónde está tu alegría en el arte de la fotografía depende en gran medida de dónde prefieras pasar tu tiempo: detrás de la cámara (captura) o detrás de tu ordenador (posprocesamiento).
Tanto si amas como si odias el posprocesamiento, ahí es donde la inteligencia artificial brilla de verdad.
Aceptar lo nuevo
La IA no toma el volante y te pone en el asiento trasero. Se parece más a una transmisión automática en la que TÚ determinas el destino, pero la tecnología permite que el viaje sea más fácil y cómodo.
La inteligencia artificial o la fotografía computacional tienden a "bajar el listón" y hacer que casi todo el mundo sea un fotógrafo razonablemente competente. Esto puede asustar a los fotógrafos profesionales que han pasado años perfeccionando su arte, sólo para ver un día que algunas de las técnicas que han pasado años dominando se reducen a un simple control deslizante en el software.
Esa es la naturaleza de la tecnología: todo lo complejo se hace más fácil. La tecnología, cuando se hace bien, simplifica nuestras vidas haciendo que las tareas mundanas sean más fáciles y rápidas de realizar.
Acepto la tecnología y la ayuda de la inteligencia artificial que tenemos a nuestra disposición. Llevo fotografiando desde 1989, así que recuerdo la resistencia a las cámaras digitales. Recuerdo a la gente diciendo que las cámaras digitales nunca rivalizarán con la película y las tonterías de: "Los verdaderos fotógrafos disparan, procesan e imprimen su propia película". Para esos guardianes, para ser "legítimo" hay que controlar todo el recorrido de la imagen, desde la captura hasta la presentación
No tiene sentido.
Claro, antes había que aprender todos los aspectos técnicos necesarios para crear una imagen decente en la página impresa. Hoy en día, podemos abstraer gran parte de esa complejidad y centrarnos en lo que es importante: crear imágenes sorprendentes, dinámicas y hermosas.
Eso es lo que nos permite hacer LuminarAI.
No tengas miedo de la inteligencia artificial. No desprecies las nuevas y emocionantes tecnologías que te permiten hacer cosas nuevas y geniales. No tengas miedo de que las masas se precipiten y te quiten todo el trabajo porque ahora todo el mundo sabe cómo crear imágenes increíbles.
En su lugar, considera la noción de que "una marea creciente levanta todos los barcos". Piensa en la inteligencia artificial como un arma más en tu arsenal creativo.
Aceptar el poder
Recuerda lo que el tío Ben le dijo a Peter Parker: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Es importante recordar este adagio cuando adoptamos la IA o cualquier nueva tecnología.
El hecho de que puedas sustituir el cielo no significa que debas hacerlo en todas las tomas. El hecho de que puedas añadir un globo aerostático sobre el puente Golden Gate no significa necesariamente que debas hacerlo.
Con la IA, los fotógrafos deben ejercer un alto nivel de restricción, en última instancia, al servicio de su visión creativa única.
Puedes ver por dónde van las cosas. Puedes mirar tu teléfono y ver que los procesadores son cada vez más rápidos, los sensores son cada vez mejores, el software es cada vez más inteligente.
El ancho de banda con el 5G y las tecnologías relacionadas es cada vez mejor.
Elon Musk y el proyecto Starlink están llevando Internet rápido a casi todos los puntos del planeta, llevando Internet omnipresente a las masas. Inevitablemente, esto significa que el uso de la fotografía computacional... ya sea local en un dispositivo, en la nube, o algún híbrido de ambos, crecerá junto con ella.
Si te quedas de brazos cruzados y haces de cascarrabias, seguro que te quedarás atrás, al igual que la gente que sigue disparando con película.
Si nueve de cada diez personas utilizan la IA para hacer su trabajo y tú te limitas arbitrariamente, por un sentido equivocado de pureza creativa o de orgullo profesional, la única persona a la que perjudicas es a ti mismo.
Seguramente tendrás que trabajar mucho más que ellos y, muy posiblemente, para producir resultados inferiores.
Aceptar el futuro
Como fotógrafos, tendemos a obsesionarnos con las herramientas y las técnicas. Vivimos en una cámara de eco de voces y opiniones que nos dicen qué es aceptable y qué no. Es demasiado fácil dejarse arrastrar por la conversación sobre RAW o JPEG, o Canon o Nikon, etc. Ahora, lo último que se ha puesto de moda es la inteligencia artificial.
Propongo que veamos las cosas de otra manera. ¿Y si dejamos de hablar de herramientas y nos centramos en contar historias y en las herramientas que nos permiten contar mejor NUESTRA historia? A menos que el público de tu trabajo sean otros fotógrafos, no deberías dedicar una cantidad excesiva de tiempo a obsesionarte con nada más que el trabajo.
La IA está aquí para quedarse y sólo mejorará con el tiempo. ¿Lo harás tú?
